sábado, 14 de abril de 2012

Las Mujeres en la II República española: 14 DE ABRIL 1931



El siglo XX español está marcado por un complejo proceso  de inestabilidad política: dos repúblicas, una larguísima dictadura, la transición a la democracia y la vuelta de la monarquía, esto último marcado por la guerra civil.
De todos estos cambios en el sistema político español del último siglo, la Segunda República (1931) fue un período intenso e interesante, en tanto que dio un impulso de progeso, cultura y libertad al Estado Español; truncado brutalmente por el levantamiento militar y la guerra civil.La II República supuso, especialmente para las mujeres, un cambio liberalizador importante.
Hasta entonces las mujeres españolas habían tenido un papel pasivo y discriminado, su lugar en la sociedad era el de esposa y madre, dependiente siempre del hombre (padre o marido). En 1930 había unos 6 millones de familias de las cuales el 85% eran familias obreras y campesinas. En cinco millones de ellas, las mujeres realizaban exclusivamente las tareas domésticas. La incorporación de la mujer al mundo laboral estaba obstaculizada por la alta tasa de analfabetismo y a la falta de medios estructurales que facilitaran la incorporación al trabajo a las mujeres con hijos e hijas.
La población activa femenina a comienzos de los años 30 era del 24%, del cual, el 80% eran mujeres solteras y viudas. Estas últimas, se veían obligadas a trabajar para sacar a la familia adelante al no haber ningún tipo de pensión de viudedad. Las casadas, para poder trabajar, necesitaban el permiso del marido, no podían disponer libremente de su salario pudiendo el marido optar a él, incluso en los casos de separación judicial entre ambos cónyuges.
Con la II República, con la Constitución de 1931 y las leyes promulgadas posteriormente la situación de las mujeres comenzó a cambiar: se eliminaron privilegios reconocidos hasta ese momento exclusivamente a los hombres, se reguló el acceso de las mujeres a cargos públicos, se concedió el derecho de voto a las españolas, se reconocieron derechos a la mujer en la familia y en el matrimonio (se reconoció el matrimonio civil, el derecho de las mujeres a tener la patria potestad de los hijos, se suprimió el delito de adulterio aplicado sólo a la mujer y se permitió legalmente el divorcio por mutuo acuerdo). Por otra parte, se obligó al Estado a regular el trabajo femenino y a proteger la maternidad (se prohibieron las cláusulas de despido por contraer matrimonio o por maternidad, se estableció el Seguro Obligatorio de Maternidad y se aprobó la equiparación salarial para ambos sexos).
Imagen: Persépolis
En el ámbito de la educación, se permitieron las escuelas mixtas y la coeducación, se abolieron las asignaturas domésticas y religiosas y se crearon escuelas nocturnas para trabajadoras. Se redujo significativamente el analfabetismo femenino. En Cataluña, incluso, se llegó más lejos, y se permitió la dispensación de anticonceptivos, se despenalizó y legalizó el aborto, se decretó la abolición de la prostitución reglamentada y se prohibió contratar a mujeres en trabajos considerados como peligrosos o duros.
Pero en esta semana de conmemoración del 81 aniversario de la República no podemos olvidar a todas las mujeres y hombres que lucharon por el reconocimiento de estos derechos y libertades. Especialmente activas en la lucha política y social fueron: Margarita Nelken, Victoria Kent, Clara Campoamor, Dolores Ibárruri, Matilde Landa, Matilde Huici, María Lejárraga, Matilde de la Torre, Federica Montseny (primera Ministra de nuestra historia en el ámbito de la sanidad y la asistencia social) o Mercedes Maestre (Subsecretaria de Sanidad).

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